Curiosidades, Historia, Reseñas

Doctor en Alaska es el título con el que se conoce, en la mayoría de los países de habla castellana donde se ha programado, la serie televisiva norteamericana Northern Exposure. Esta a veces estrafalaria, surrealista y original serie narraba las peripecias de un joven doctor, urbanita, judío y neoyorquino, obligado a pasar varios años de su vida ejerciendo su profesión en el remoto (y ficticio) pueblo de Cicely, Alaska (Roslyn, Washington en la realidad), y teniendo que convivir con sus peculiares y excéntricos residentes.

El motor del relato, a lo largo de sus seis temporadas, son las peripecias surgidas entre los ciudadanos de tan peculiar lugar, así como el contraste de la visión racional y científica del doctor frente a la naturaleza agreste y salvaje del territorio y las diversas mentalidades de los habitantes del mismo.

La mayor parte de los arcos argumentales de la serie recaen sobre los personajes, sus caracteres y personalidades, prevaleciendo la dramaturgia, el diálogo y la labor actoral sobre la pura acción o los giros, más o menos impactantes, del guión.

Los Personajes y la Cocina

Joel Fleishman Joel Fleishman

 Médico de Cicely y principal protagonista de la serie. Es engreído, egoista, esnob, urbanita, conservador, melindroso, con complejo de superioridad y muy pagado de sí mismo. Pero, por otro lado, es simpático, inteligente, con gran sentido del humor y un gran médico, que se interesa vivamente por sus pacientes. El espíritu de Cicely va acentuando sus virtudes y limando sus defectos.

Su actitud ante la comida es la propia del esnob cosmopolita: aprecia las cosas caras y con marca, le entusiasman los restaurantes y comidas muy exclusivas y no pierde ocasión de contar lo bien que se come en ese pequeño restaurante que-nadie-conocía-hasta-que-él-lo-descubrió.Es un gran entendido en vinos, pero según confiesa él mismo, todo lo que sabe, lo aprendió «para impresionar a los otros médicos» y no puede beber más de una copa, porque se le sube a la cabeza y «enseguida se pone tonto». Y, de todas formas, tiene lagunas en el manejo del vino: al abrir un Gran Cru, explica, didácticamente, que es necesario dejarlo respirar; pero no se le ocurre trasegarlo y lo sirve de la misma botella.A pesar de dárselas de gourmet, es un pésimo cocinero que realiza sus comidas en The Brick o tira de comida enlatada. En un convite que ofrece en su casa, cocina él mismo, pero no le parece que sea necesario clarificar la mantequilla ni usar champiñones frescos, a pesar de lo que dice el libro de recetas que usa.

En resumen, que sus hábitos culinarios reflejan muy bien el carácter del personaje: artificial, presuntuoso y que prefiere las formas al fondo.

El consejo culinario de Joel: [No es suyo (por supuesto), sino de su madre] Para hacer el pollo asado hay que procurar que quede muy crujiente y poner un poco de ajo debajo de la piel.

Adam Adam

 Un auténtico chef perdido en la salvaje Alaska. Personaje estrafalario, estrambótico y misterioso. Nadie sabe a qué se dedica ni de qué vive: él reconoce que ha trabajado como cocinero, como espía, como periodista; pero no se le puede creer porque es un gran embustero.

Parece que hizo estudios de cocina en el prestigiosa Academia de Cocina de Buffalo, de la cual, por más que hemos investigado, no hemos podido obtener referencias (¿será otra mentira de las suyas?). Vive en una cabaña en el monte y siempre va descalzo. Puede ser que trabaje para la CIA o algún otro servicio de espionaje: aunque nadie crea esto, curiosamente, parece saber todos los secretos más íntimos de los habitantes de Cicely.Su mujer, Eve, es un caso perdido de hipocondríaca extrema y la reina de los melindres. Adam tuvo una oferta para trabajar en La Tour d’Argent, pero se vio obligado a rechazarla porque Eve creía que los franceses eran maleducados y sentaban a los perros en la mesa.Es un personaje grosero e intratable. Cuando el pinche de The Brick pone beicon en vez de panceta en una de las creaciones de Adam, la bronca es espectacular. Cuando algún comensal le dice que algún plato está exquisito, en vez de agradecérselo, le espeta que lo sabe perfectamente, y si ese mismo comensal le pregunta por los ingredientes del plato, prácticamente le insulta, diciéndole a ver si cree que puede hacerlo él mismo en casa como si tal cosa.

Ya hemos repasado algunos de los platos de Adam en el apartado de «La cocina de The Brick». Otras creaciones suyas son los fideos chinos al aroma de cilantro, la tripa a la parmesana y la sopa de albahaca con almejas gratinadas.

La cocina de Adam tampoco es para que The Brick figure en la Guide Michelin pero este excéntrico cocinero es todo un hallazgo y uno de los personajes secudarios de la serie de más carisma y aceptación.

El consejo culinario de Adam: [No nos hemos atrevido a preguntarle]

 

Maurice Maurice Minnifield

 Antiguo astronauta, en la época de la serie se dedica a los negocios. Este millonario especulador es el cacique de Cicely, dueño de todos los servicios del pueblo (excepto de The Brick) y de la mayoría de los terrenos circundantes. Es reaccionario, militarista, homófobo (aunque sueña que hace lucha libre con David Niven), racista y evasor de impuestos. Aunque es el malo oficial de la serie, no es más que un individualista a ultranza que intenta ser íntegro y fiel a sus principios, y que a veces se revela como un ser solitario en medio de sus riquezas y sus trasnochados ideales, más digno de compasión que de odio.

Respecto a la gastronomía, es un auténtico sibarita y no pierde la ocasión de deslumbrar al resto de Cicely con sus espectaculares banquetes. Con gran alarde de vajilla, flores en la mesa y camareros de uniforme, obsequia a sus invitados con tostadas de gamba, soufflé de almejas y ternera en salsa demiglás. También es buen cocinero. En una cena sencilla que cocina el mismo, con Ruth Anne, Holling y Shelly, ofrece canapés de salmón, cordero asado y tarta de moras.Coleccionista de vinos, tiene una impresionanate bodega, y nunca deja pasar la ocasión de alardear de ella ante sus invitados. Parece que sus vinos preferidos son los Burdeos, en concreto los de la zona del Médoc: en alguno de sus convites sirve un Château Latour de 1929 (ni más ni menos) y un Mouton Rothschild de 1961. También tiene existencias de Borgoñas, pues en alguna ocasión se mencionan los Beaujolais y vinos de cepa Chardonnay.

Su carácter cuadra bien con su actitud ante la cocina: exigente, exquisito, exclusivo, presumido y un poco fantasma.

El consejo culinario de Maurice: Para preparar el salmón, apagad el fuego cuando hierva el fumet, colocad el salmón y dejarlo hacerse sólo un poco, con cuidado, para que no se pase.

Maggie Maggie O´Connell

 Pilota una avioneta y se encarga de comunicar a Cicely con la civilización. Atractiva, independiente, activa, comprensiva, audaz, autosuficiente y de espíritu abierto. Según transcurre la serie aparece como neurótica, insegura, quisquillosa y con bastantes complejos. Mantiene una auténtica relación de amor odio con Joel, que, según el capítulo de que se trate, adquiere tintes cómicos, dramáticos o tiernos.

Su cocina es sencilla y frugal, como corresponde a una chica aventurera, pero sabe darle un original toque femenino que hace que no sea vulgar. Para la fiesta de celebración del nacimiento del hijo de Shelly y Holling prepara sopa de queso de cabra y sandwichs de berro y pepino. En otras ocasiones, prepara paella, pavo con castañas y algún plato hindú con curry. El consejo culinario de Maggie: Para hacer una buena paella el secreto está en no cocer mucho las gambas y utilizar un buen aceite de oliva [gracias, Maggie]
Chris Chris Stevens

 Ha pasado parte de su vida en la carcel, pero se ha reformado (gracias a Walt Whitman) y lleva el programa de radio «Chris in the morning» en la emisora local K-BHR. Autodidacta, filósofo (obsesionado con Jung y el inconsciente colectivo), poeta, excelente mecánico y gran artista. Es un personaje complejo y, quizá, el que más vida da a la serie, porque como telón de fondo a las peripecias de los personajes siempre está la música que selecciona Chris, y sus monólogos y lecturas en la radio. Su punto débil es su egocentrismo y su despreocupación, que hace que nunca se implique demasiado en los problemas de los demás.

En cuanto a sus gustos culinarios son la antítesis de la exquisitez. En The Brick suele pedir la consabida hamburguesa, y alguna vez, como excepción encarga chile con carne y pan de ajo con queso rallado y tabasco.Cuando cocina, no pasa de asar salchichas o preparar la «hamburguesa salvaje de Stevens», también conocida como Chrisburguesa. En cierta ocasión, en la que quiere conquistar a Maggie, se estira y prepara zanahorias gratinadas: todo un exceso.En una persona con una sensibilidad como la de Chris para el arte o la literatura, nos defrauda un poco esa culinaria de «aquí te pillo, aquí te mato», pero, así son las cosas y nadie es perfecto.

El consejo culinario de Chris: Una buena Chrisburguesa debe estar carbonizada por fuera y cruda por dentro.

Ed Ed Chigliak

 Un joven mestizo que trabaja en la tienda de Ruth Anne. Es sincero, simpático, muy sociable, se preocupa por los demás y su mayor ambición es ser director de cine. Como es muy buena persona y tiende a simplificar las cosas, puede dar la impresión de que es algo retrasado, pero si se le analiza con atención, se observa todo lo contrario: una gran inteligencia disimulada bajo capas de bondad, humildad y sencillez. Su afan por ayudar a los demás, hace que se convierta en chamán, haciendo, en cierto modo, la competencia a Joel.

Ed es adicto a las hamburguesas de alce acompañadas de enormes vasos de leche. Cocina las truchas que pesca él mismo, asándolas, sin nigún aderezo ni acompañamiento. La única frivolidad que se le conoce es pedir en The Brick cereal caliente con banana.La cocina de Ed es como su carácter, sencilla y natural; en su manera de ver las cosas, no merece la pena complicarse la vida con ataduras ni engorros, y si la trucha asada está buena y además es barata, no necesita más.El consejo culinario de Ed: La perdiz podría estar bien rellena de arroz y asada con pan de salvia y castañas.
Holling Holling Vincoeur

 Antiguo cazador y trampero reconvertido en hostelero y propietario de The Brick. Es un quèbecois de ascendencia francesa. Aunque tiene más de 60 años, no los aparenta y espera vivir otro tanto, porque su familia tiene los genes de la longevidad y todos los varones llegan a centenarios. Es de gustos sencillos, buen camarada y ama la naturaleza y la vida al aire libre. Pero también es excesivamente introvertido, de ideas fijas y un poco tacaño.

Su culinaria es sencilla y no le gustan las fantasías ni las excentricidades. Para componer los menús de The Brick está más atento a la ganancia que puede obtener que a la calidad de los platos. La opinión de los clientes le importa un comino.Aunque suponemos que cocina, generalmente es el cocinero o el pinche de turno el que pone manos a la obra: Holling se dedica a supervisar. Respecto a sus preferencias en materia de comida, como come en el interior de la cocina, no las conocemos muy bien. No obstante, después de una larga temporada durmiendo (el lo llama hibernación), para recuperar fuerzas, come huevos revueltos con salmón, chuletas de cerdo y tostadas con mermelada.El consejo culinario de Holling: Es política de The Brick no dar consejos hasta que el cliente consuma algo […] Mi madre solía hacer una ensalada exquisita a base de judías verdes, berros y una salsa de mostaza de Dijon.
Shelly Shelly Tambo

Después de ganar un concurso de belleza va a parar a Cicely, donde se convierte en la mujer de Holling. A pesar de la diferencia de edad (Shelly apenas tiene 20 años) se compenetran perfectamente. Shelly aparece como ingenua, inocente, de gustos un pelín chabacanos y un poco simple. Pero, a la vez, es sincera, leal, espontánea y tiene un gran corazón.

Ayuda en la cocina de The Brick cocinando cosas sencillas. A ella le gusta comer grandes cantidades de helado y aperitivos de bolsa. Salvo cuando está embarazada (real o imaginariamente), entonces se atraca con todo lo que tiene a mano, aunque esté en los platos de los demás.El consejo culinario de Shelly: Ji, ji … en este momento no se me ocurre ninguno.
Ruth Anne Ruth Anne Miller

Una viejecita que regenta la única tienda que existe en Cicely, donde los habitantes del pueblo se abastecen de toda clase de artículos, incluidos los comestibles. En la misma tienda se encuentran el archivo y la biblioteca de Cicely, de modo que Ruth Anne es también archivera y bibliotecaria, además de secretaria del ayuntamiento y consejera imprescindible para cualquiera que tenga un problema. Ruth Anne tiene espíritu joven y es de ideas muy liberales y amplias. De su larga experiencia en la vida ha sabido extraer la sabiduría necesaria para encarar sus problemas y los de los demás. No obstante, a veces es bastante intransigente y tiene frecuentes altibajos anímicos.

Sus gustos culinarios son tan sencillos como su vestuario (generalmente viste con un chándal con la leyenda «Born to Bingo» que prestigiaría la colección de cualquier museo de arte kitsch). Ella se define como comedora de carne y patatas y confiesa que no puede pasarse sin un estofado. En su casa consume latas de la tienda que están a punto de caducar y en el Brick come un poco de todo, según su estado de ánimo: por ejemplo, cuando está intentando aprender italiano encarga espagueti a la boloñesa.El consejo culinario de Ruth Anne: La sopa enlatada que acabo de recibir está deliciosa.
Marilyn Marilyn Whirlwind

Esta india auténtica, es la ayudante-recepcionista del doctor Fleishman. Absolutamente introvertida, estoica, silenciosa, cuesta arrancarle una palabra y descubrir sus pensamientos. Desespera al charlatán doctor Fleischman, que la define como «la campeona mundial del silencio». Por otra parte tiene la sabiduría ancestral, el fatalismo y la capacidad de adaptación y de conformarse con todo de su raza.

Pasaremos por alto las delicatessen étnicas que consume cuando va a visitar a sus padres: tocino de oso, hígado de foca crudo y otras exquisiteces por el estilo. En su casa cocina cosas sencillas y tradicionales como gachas variadas, sopas de raíces, o aves rellenas con los consabidos arroz y castañas.Como el sueldo que le paga el doctor Fleischman es tan exiguo, no suele acudir a The Brick, por lo que desconocemos cuáles son sus gustos cuando va de restaurante.El consejo culinario de Marilyn: [……..] [¿Marilyn? ¿Sigués ahí?]
Los demás habitantes de Cicely

Cuando se reúnen a comer, los habitantes de Cicely suelen evitar las comidas formales en torno a una mesa; éstas sólo las hace Maurice, que tiene que lucir vajilla y servicio. Generalmente, les gustan los buffets informales, donde cada uno se sirve según su apetito y necesidades: en estos convites suele haber, por ejemplo, roulade de ternera, ensalada de tacos, fideos de sésamo, arroz con guisantes y bizcochos de frutas.

En las fiestas al aire libre, lo que predomina es la barbacoa, para asar costillas de cerdo, hamburguesas o salchichas.Los habitantes de Cicely, en general comen todo lo que la naturaleza pone a su alcance: salmones y truchas procedentes de los prolíficos ríos de Alaska, la caza mayor de alces y caribús, gran variedad de aves, frutos y raíces del bosque, etc. La palma de este aprovechamiento de los recursos naturales se la lleva el trampero Walt Cooper, que transforma en filetes un mamut congelado, perfectamente conservado que aparece en las cercanías de Cicely, frustrando de paso a todo un equipo de paleontólogos que, bajo la dirección del doctor Fleischman, no contaba con la voracidad indiscriminada de los cicelyanos.